La LOMLOE refuerza el papel de la Física y Química como materias clave para desarrollar el pensamiento científico y tecnológico. Con un enfoque competencial, estas asignaturas ya no se limitan a conceptos teóricos, sino que buscan aplicar el método científico a problemas reales. Los estudiantes aprenden a analizar fenómenos naturales, comprender las bases de la tecnología y tomar decisiones fundamentadas sobre cuestiones como la energía o el medio ambiente.
La metodología promueve el aprendizaje activo mediante experimentos, proyectos de investigación y resolución de casos prácticos. Se utilizan contextos cotidianos para estudiar temas como la estructura de la materia, las reacciones químicas o las fuerzas fundamentales. La evaluación valora tanto la adquisición de conocimientos como la capacidad de investigar, razonar científicamente y comunicar resultados.
En resumen, la Física y Química según la LOMLOE forman ciudadanos científicamente competentes, capaces de entender los avances tecnológicos y participar en debates sociales con base empírica. Estas materias se convierten en herramientas esenciales para analizar críticamente la realidad y afrontar los retos del futuro desde una perspectiva rigurosa e innovadora.